lunes, 23 de febrero de 2009

La Oración de San Efrén el Sirio



Entre semana, en todos los servicios, dentro de la preparación a la Gran Cuaresma, esta oración se recita dos veces, y se hacen postraciones después de cada una de las tres peticiones y otra después de la segunda repetición. Dice así:

Señor y Dueño de mi vida, el espíritu de ocio, de indiscreción, de ambición y de locuacidad, no me lo des. (postración)

Mas el espíritu de castidad, de humildad, de paciencia y de amor, concédemelo a mí, tu siervo. (postración)

Sí, Señor y Rey, concédeme percibir mis propias ofensas y no juzgar a mis hermanos, porque bendito eres por los siglos de los siglos. Amén. (postración)

Luego nos postramos doce veces haciendo la señal de la cruz sobre nosotros, diciendo: Dios, purifícame a mí, pecador.
Y otra vez la oración completa con una postración al final.

Esta oración, repetida constantemente en los oficios, es la expresión más sencilla y más pura del arrepentimiento en todas sus dimensiones, de deseos de purificación y anhelo de mejoramiento, de un cambio verdadero en relaciones con otras personas. Las reglas cuaresmales de la Iglesia Ortodoxa dan mucha importancia a la postración; por medio de ella el cuerpo participa en el esfuerzo de humillar nuestro orgullo y nuestra auto-complacencia.

No hay comentarios: