sábado, 6 de febrero de 2010

Una sencilla reflexión

Estamos a las puertas de la Cuaresma, terminaremos la semana de la carne a la que segirá la del queso,para finalmente entrar en el ayuno cuaresmal.
Y hoy la Iglesia nos propone el texto de Mateo 25,31-46.
Dios, cada uno de nosotros,nuestras obras y su juicio para vida o para perdición.

Seremos juzgados al final de nuestras vidas por el amor.Por el amor a los demás.
Será Jesús, como Hijo de Hombre, quien nos juzge como rey en su trono de gloria. No como los gobernantes de este mundo, sino como Pastor, que nos juzgará con la ley del amor: Haber dado de comer al hambriento, de beber al sediento... no haber cerrado nuestro corazón a los demás.
Esos serán los criterios por los que se nos juzgará y no por otros distintos.

De tal forma que el resultado de este juicio depende de nosotros aquí y ahora. Está en nuestras manos, en el presente.
Es cierto, no podemos estar seguros de quien se salvará... pero sí de la fidelidad de Dios a Su palabra que ha prometido el Reino a tods aquellos que aman.

No hay comentarios: